jueves, 2 de febrero de 2017

Vulnerable

Acabo de romper aquella carta que no te di.
La verdad es que honestamente, me alegro de no habértela dado aquel día...
La he vuelto a releer antes, ¡Sí!
y en realidad en lo fundamental pienso y siento exactamente lo mismo, con la pequeña diferencia de que tú no eras realmente tú.
Eras un disfraz, eras una casualidad llena de intención, y lo auténtico, se demostró al final que era una marca antiguamente registrada en el olvido.
Se descubrió que todo se puede tapar utilizando simplemente un buen maquillaje...
Sabes... Odio sentirme vulnerable, odio que tú me hayas hecho sentir así, pero a la vez eso me hace sentir bien, a la vez sonrío, porque sé que no me ha pasado factura todo lo anterior y sé que sigo siendo esa persona con su pequeña coraza, que se hace la dura y que en el fondo es una ñoña, pero eso sí, ahora esa persona va con otro aprendizaje más en la mochila.
Ahora te ríes y piensas en las locuras y tonterías que cometiste y en las que probablemente hubieras podido hacer, y piensas en como te alegras de algunas y a la vez como quisieras no volver a cometer otras.
Siempre piensas que has aprendido algo, hasta que la vida te pone en situación y a la hora de la verdad, muchas veces, se te olvida hasta tu nombre.
Porque los "Nunca voy a volver a hacer..." Son un maldita trampa en la que volveremos a caer miles de veces hasta que aprendamos que los nunca y los siempre no existen.
"... y ya nunca más quise volver a sentirme frágil, hasta que de nuevo me rompí..."
"... y ya nunca más querré volver a experimentar en mi piel esta ilusión de nuevo, hasta que........"



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