domingo, 4 de enero de 2015

Capítulo 4 de 365

El "weatherman" me hizo creer que iba a ser un día soleado, aunque me acostará pensando en las nubes. No suelo creerme a los hombres del tiempo, pero ese día lo hice.
Salí con el sol fuera, al final él había acertado.

La muchedumbre lo inundaba todo, personas, cientos de personas decoraban la ciudad, ruido, luces las acompañaban...

Eché la vista atrás, hace como 4 años atrás, el mismo día... me reí, todo era parecido, muchas luces, mucho decorado, mucho ruido, mucho murmullo, muchas personas que ahora solo son gente... Cuanto me costó llegar allí, y como de rápido pasó el tiempo...

En el autobús los niños sonreían, las personas se apretujaban para dejar pasar cada vez a más y a más personas...No puedo dar ni un paso adelante y ni otro atrás.

El preludio de todo lo que iba a pasar no hizo acto de presencia en el transcurso de la tarde.

El agobio, las prisas, el poco tiempo, como compañeros de viaje, como equipaje de mano.

Contra todo pronóstico, se anunciaba por el altavoz que iba a llover, todo parecía estar tranquilo, todos los cabos parecían haberse atado al final uno a uno, pero finalmente llovió. Era algo que no me esperaba, y no le iba a dar la mayor importancia, no llevaba paraguas, pero no pasaba nada, me mojaría por un rato, pero no pasaba nada, todo volverá a la normalidad en cuanto salga el sol. Esas palabra no paraban de repetirse en mi mente...


La ciudad se quedó helada, el frío, esta vez como invitado especial de la noche, comenzó a decorarla comenzó a inundarlo todo... Caminábamos agarrados por la cintura de vuelta a casa, el frio no se combate con ropa alguna,  y aunque acabará de llover, parecía no haber ni rastro de charcos en la calle...

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