jueves, 21 de agosto de 2014

Un trozo de colchón.

A menudo dices cosas, maldita sea, puede ser que este no sea el momento ni el lugar, pero sonríes y ya está.
A veces piensas que todo se soluciona con aquella vieja canción, con aquel paquete de galletas, o echando más horas en el colchón.
Despierta, ahí fuera todo sigue igual, la cama sigue deshecha, hay viejas manchas en el sofá, el álbum de fotos está vacío, no hay espacio en el desván, el baúl sigue abierto, nada está en su lugar.
Miras la luna detrás del cristal, parece tan inalcanzable, otra noche más.
Cierras con fuerza los ojos, quieres transportarte a otro lugar...
A menudo piensas cosas, pero piensas que con pensarlas bastará, maldita sea, sal ahí fuera, no ves que aquí dentro nada va a cambiar.
Un soplo de aire fresco, un rayo de sol, un mechón de pelo fuera de lugar, café recién hecho, no importa ya nada más.
A menudo dices cosas, pero que más dá, las palabras se van.
Día tras día todo parece igual, la luna por mas que la mires, no va a acercase más.
Abre la ventana, chilla a los cuatro viento, sal, déjate por la lluvia empapar, siente la vida, siente cada latido, cada instante dentro de ti.



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