Soy fuerte, soy fuerte no paras de repetirte eso en tu cabeza, y en realidad lo que haces es Machacarte más y más con lo que debieras ser y ahora mismo no sientes para nada que lo seas.
Llorar no esta mal, llorar no es de débiles, de blanditos o cualquier palabra peyorativa que pueda estar rondando ahora mismo por tu cabeza.
A veces hace falta llorar, porque parece que no, pero muchas veces, cuando sientes un nudo fuerte en tu estómago, la única manera que nos queda de desenredarlo es a través de las lágrimas.
Y no se nos quita echandonos tierra encima o diciéndonos lo débiles y lo mal que hemos hecho tal cosa, porque sí! pensar en lo que se debería de haber hecho y no se hizo es de nuestras especialidades, es de nuestras cosas favoritas.
Y la única realidad es que no sirve absolutamente para nada excepto si lo usas para no volver a cometer los mismos errores.
Lo que tienes ahora mismo es lo que hay ni más ni menos, las circunstancias son estas y no otras estas aquí en este punto y no en cualquier otro punto, y aunque a veces cueste admitirlo o no se quiera, hay cosas que no están en nuestra mano cambiar.
Entonces la única solución que nos queda es llorar sacar a fuera ese nudo, observar la situación lo que hay lo que eres lo que tienes, y con todo eso, demostrarte que a pesar de todo, a pesar de que te guste más o menos las circunstancias, eres esa persona fuerte de la que hablabas al principio, y eres capaz de hacer una magnífica obra de arte con las herramientas con las que antes pensabas que no ibas a poder mover un solo dedo.
No es lo que tenemos, no es la circunstancia, sino lo que somos capaces de conseguir con y a pesar de, lo que nos hace grandes y fuertes.
Y te aseguro que si consigues finalmente lo que te propusiste esa sensación de estar orgulloso de uno mismo y feliz con lo que has conseguido con pocas sensaciones se puede comparar.